domingo, 29 de abril de 2012

Galletas de jengibre (Gingerbread cookies)

Siempre lo digo, me encanta el jengibre, no puedo remediarlo y las galletas de jengibre me pierden, sobre todo las caseras. Yo que estaba a dieta, acabo de tirarlo todo por la borda, me las pidió mi hija y no he podido decir que no, así que las hemos hecho y ya me he comido unas cuantas, no lo he podido remediar, ya solo con el olor al hornearlas se me cae la baba, son una de mis debilidades.



He probado varias recetas hasta que encontré la que me gustó y las hago muchas veces, no tiene que ser en Navidad, la mayoría de las veces que hago galletas y son bastantes, son estas, y es que a mis hijos les encantan hacerlas, les gusta decorarlas y luego comerlas, así que tenemos un buen entretenimiento para varias horas y estos días que llueve en Madrid, hemos estado entretenidos con las galletas un buen rato.

Con esta cantidad de ingredientes salen muchas galletas, aunque se pueden guardar en una lata y disfrutar de ellas varios días (nunca nos han durado mucho para comprobar cuanto durarían), si sois pocos puedes hacer menos cantidad, por lo menos la primera vez por eso de probarlas a ver si os gustan.

Ingredientes:

- 200 grs. de azúcar normal
- 100 grs. de azúcar moreno
- 250 grs. de mantequilla a temperatura ambiente (nunca sustituir por margarina)
- 1 huevo
- 75 ml. de miel
- 1 cucharadita de aroma de vainilla
- 500 grs. de harina (aproximado)
- 2 cucharaditas de jengibre molido (lo hay en Mercadona)
- 1/2 cucharadita de nuez moscada rallada
- 1 cucharadita de canela molida
- 1 cucharadita de bicarbonato
- 1/2 cucharadita de sal


Preparación:

Dejamos la mantequilla que se ablande a temperatura ambiente y la batimos bien con la mezcla de azúcar, la blanca y la morena hasta conseguir una pasta.


Añadimos el huevo y seguimos batiendo hasta que se integre bien, añadimos la miel y la vainilla y seguimos batiendo.


En otro bol mezclamos los ingredientes secos, que sería la harina, el jengibre, la nuez moscada, la canela, el bicarbonato y la sal y lo añadimos a la anterior mezcla de la mantequilla tamizándolo.


A mí me lleva 1/2 kilo de harina pero eso puede variar dependiendo de la harina, de la humedad en el ambiente, etc., así que es orientativo, si ves que la masa no se queda manejable, teniendo en cuenta que va a endurecer luego en la nevera, pues añadimos un poco más de harina, si vemos que se queda muy seca añadiremos menos.

La masa está blanda, manejable pero blanda, no podría casi cortarlo con un cortador, podría cortarlo pero se me desharía las forma al sacarlo, así que lo meto en la nevera como mínimo cuatro horas, o hasta que veamos que la mantequilla ha endurecido y la masa es mucho más dura.


Yo la suelo preparar de un día para otro. La meto en una bolsa de esas para congelar, la cierro bien y a la nevera.


Cuando la vayamos a utilizar, cortamos un trozo y la vamos estirando con un rodillo embadurnado en harina, igual que la encimera, si vemos que se nos pega, aunque la mayoría de las veces ni hace falta.

Si está muy dura con el calor de darle con el rodillo o amasarla un poco se ablandará enseguida.

Tiene que tener una dureza justa para poder trabajar bien con ella, por lo que iremos sacando trozos de la nevera para que no se nos vaya reblandeciendo toda.


Depende mucho de la temperatura de la cocina, si es verano o invierno. Por ejemplo a mí, que hoy ha hecho frío y en mi cocina se estaba fresquito, ni me ha hecho falta volver a meter nada en la nevera, saqué toda la masa y se me conservó perfecta de temperatura todo el tiempo, en verano no tiene nada que ver.


Si notas que las galletas una vez cortadas están demasiado blandurrias, mételas en la nevera antes de hornearlas para que luego no se desparramen mucho en el horno, en cambio si hace frío no se ablandarán mucho y no hace falta, también depende de cuánto la hayas manipulado. También he visto que algunas personas lo que hacen es estirar la masa cuando está recién hecha entre dos papeles de hornear para que no se pegue y así la meten en la nevera, al otro día la sacan ya fría y estirada y es cortar y listo, eso cada uno que lo haga como mejor le venga.  Hay incluso personas que una vez dada la forma las mete a congelar y luego al horno para que mantengan mejor la forma, yo nunca lo he hecho, como mucho a la nevera un rato y solo si hace mucho calor.


Hay que tener clara una cosa, es una masa cuya base es la mantequilla (nunca usar margarina) y la mantequilla varía mucho con la temperatura, así que sabiendo eso, sabremos que cuando esté muy blanda y no se pueda trabajar hay que enfriarla, si está muy dura y no se puede estirar hay que dejarla que suba un poco de temperatura.

Según las cortamos las vamos poniendo sobre papel de hornear que tendremos preparado ya sobre la bandeja del horno, yo solo tengo 1 bandeja así que tengo 2 trozos de papel para tenerlas preparadas, sale una hornada, las paso a la rejilla y pongo el papel que tengo preparado con las galletas cortadas y me quedo con el caliente que se enfría enseguida y sobre él voy colocando las siguientes, y así me va cundiendo bien. Si se pegan a la encimera y cuesta moverlas, yo utilizo una espátula, así no las deformo.


Hay que dejar un espacio entre unas y otras por si crecen un poquito en el horno.


Ponemos el horno a precalentar a 170º, y una vez caliente metemos la bandeja de galletas durante unos 15 minutos y las sacamos y ponemos sobre una rejilla a enfriar.


Atención, al sacar las galletas del horno, están blanditas, y al enfriar endurecen, que nadie se confunda al verlas blanditas pensando que no están hechas. Las dejamos enfriar del todo y ahí las tenemos, riquísimas, ahora a guardarlas en una lata de galletas para no comérnoslas todas enseguida.
Para decorarlas lo puedes hacer con fondant o con glasa aunque la verdad es que el sabor no es lo mismo, prefiero saborear una galleta sin ninguna decoración que con tanto azúcar que le mata el sabor. Pero a mis hijos les encanta decorarlas y no me queda más remedio que decorar unas pocas. Pinchando aquí podéis ver cómo decorar galletas con glasa real.


Como recompensa a todo el tiempo invertido y todo lo que hemos liado en la cocina, aunque ha sido ideal para un día de lluvia como hoy, mi hija me ha dicho ¡mamá, están deliciosas! y cuando ha visto las pocas que he decorado me ha dicho ¡mamá, están preciosas!, por lo que por mi parte, quedo ampliamente pagada por el trabajo.

Decorar galletas con glasa

La glasa es muy versátil y nos vale para decorar infinidad de cosas, es fácil de hacer y enseguida se seca, por lo que es muy cómoda para escribir con ella y que se utiliza muchísimo para decoraciones en repostería.



Las galletas se pueden decorar (entre otras cosas) con glasa o con fondant, en este caso os voy a hablar de la glasa, pero primero la tenemos que preparar.

Ingredientes:

(es poquita cantidad, daría para unas 15 galletas grandes o así, por cada clara que añadamos, multiplicar el resto de los ingredientes y listo)

- 1 clara de huevo

- 250 gr. de azúcar glas

- un poquito de agua

- colorantes alimenticios (yo los he usado en gel)


Preparación:

Montamos la clara a punto de nieve y la vamos batiendo con el azúcar glas hasta formar una pasta.
Con esta glasa espesa podemos dibujar, escribir, etc. y sobre todo se utiliza así para hacer los bordes de las galletas que vamos a decorar para que luego el relleno no se nos desborde y además para tener los contornos más precisos. Se tiñe con colorante alimenticio del mismo color que vamos a teñir luego la glasa para rellenar, en este caso yo la he dejado blanca para que se vea bien el contraste, pero no lo hagais cuando querais que queden realmente bonitas.



Se pone en una manga pastelera, en mi caso la boquilla es de Wilton del número 2, algo así finito es lo que nos irá bien.



Marcamos los contornos o bien también podemos dibujar lo que queramos y dejarlo así, jugando con los colores, cada uno a su imaginación y a su gusto, a mi personalmente en cuanto a sabor me gusta con la mínima decoración para no azucarar demasiado la galleta, pero es más vistoso decorarlo con más colores y es más llamativo para los niños.



 Atención, se seca enseguida, así que hay que tener eso en cuenta. Nos van a quedar puntos levantados al retirar la manga o en las juntas, eso con un palillo lo aplastamos y ya está.


Para hacer la glasa del relleno hay que aligerarla, y eso lo hacemos añadiendo agua, vamos añadiendo cucharaditas de agua hasta que queda más ligera, como si fuera cola de empapelar, sin pasarnos, yo he ido añadiendo más o menos por cada cucharada colmada de glasa espesa, una cucharada rasita de agua o incluso menos y batimos, separamos varios vasitos y añadimos el colorante que queramos a cada uno de ellos.



Esta mezcla lo más cómodo es pasarlo a un biberón y trabajar con él.



Vamos a las galletas que ya tienen el contorno hecho con la otra glasa y rellenamos con esta más ligera, no es necesario llenar todo ya que se nos puede desbordar si nos pasamos, nos vamos a ayudar con un palillito para extenderlo todo bien y tapar los huecos.



Lo dejamos secar bien, al ser más líquida tarda más en secar que la espesa con diferencia, contad con varias horas, mejor si las dejamos secar toda la noche.


Una vez seca (o casi) podemos escribir con la glasa espesa por encima o hacer los dibujitos que queramos con la manga.

También podemos hacer lunares, si queremos hacerlos tenemos que hacerlo de la siguiente manera, una vez que rellenamos con la glasa ligera, echamos unas gotas (los lunares) dentro de la glasa, estando recién echada. Si lo que queremos es hacer corazoncitos, una vez hechos los lunares, pasamos un palillo como cortando el lunar por la mitad y se hará la forma de corazón.


A partir de estas nociones básicas, teniendo tiempo, ganas y creatividad, puedes hacer muchos tipos diferentes de decoraciones.


Espero haberlo explicado con bastante claridad, también os recomiendo buscar tutoriales sobre esto en youtube porque es mucho más sencillo verlo explicado en un video, a mi me costó un montón hacer fotos con los dos niños encima queriendo tocar todo, pero nos lo hemos pasado genial y hemos pasado una tarde de lluvia entretenidos.

domingo, 8 de abril de 2012

Negrito de Loly

Hoy he hecho una receta de mi prima Loly, que a ella va dedicada esta entrada, y me viene muy bien publicarla para así tenerla guardada y a mano para hacerla más veces. Ella la hizo con la thermomix, podeis ver su receta aquí por si os viene mejor de esa manera.



Es muy sencillo, rápido de hacer y queda muy rico. He modificado alguna cantidad por consejo directo de la autora, así que os pongo tal cual lo hice.

Ingredientes:

- 100 gr. de harina
- 110 gr. de colacao
- 220 gr. de azúcar
- 50 gr. de mantequilla
- 420 ml. de leche
- 4 huevos

Preparación:

Como digo siempre ¡pon a precalentar el horno! a 180º.

Mezcla todos los ingredientes con la batidora y ponlos en un molde previamente engrasado y forrado con papel de hornear para poder desmoldarlo mejor, o si haces como yo en ese caso que utilicé un molde de silicona, en teoría no hace falta hacer nada pero le di con un poquito de mantequilla para evitar sustos.




Se pone en el horno durante unos 45 minutos a 180º.

Se deja enfriar antes de desmoldar para que no se nos rompa, una vez frío o templado se desmolda y listo.



Ya si quieres rizar el rizo, le puede ir genial un buen chorretón de nata de acompañamiento y para decorarlo bonito, pero eso ya a elección de cada uno.



lunes, 2 de abril de 2012

Pan con cardamomo y jengibre

Mis aromatizantes favoritos son el jengibre y el cardamomo, me encanta el olor de ambos y buscando alguna receta en la que combinarlos, vi una para hacer pan, así que me sonó ideal, en la receta el pan era con otros cereales pero a mi me apeteció hacer un pan normal y darle todo el protagonismo al cardamomo y al jengibre, me encanta.



La harina de fuerza la hay en grandes superficies, en Alcampo, Hipercor, Carrefour, también en Mercadona, el cardamomo no se encuentra en todos los sitios, yo lo encontré en el Corte Inglés, pero no donde las especias, estaba donde la frutería, habia varias especias un poco "especiales" en un expositor de la frutería y el jengibre fresco ahora lo encuentro en la frutería de todos los supermercados, si no lo viéseis, lo hay molido en la sección de especias de Mercadona, que luego vendrá muy bien tenerlo para las galletas de jengibre, el pan de jengibre, el pan de calabaza, etc.


Ingredientes:

- 600 gr. de harina de fuerza (ten un poco más por si la necesitas, siempre con la harina es orientativo)
- 10 gr. de levadura fresca de panadería
- 350 ml. de agua tibia
- 40 ml. de aceite de oliva
- 8 gr. de sal
- 15 gr. jengibre fresco rallado (aprox.)
- 4 semillas de cardamomo molidas (yo las machaqué en el mortero)


Preparación:

Hay que organizarse con unas horas de antelación para hacer todo bien.

En primer lugar preparamos la masa madre, que la realizaremos en un cuenco con 100 gr. de harina de fuerza, 10 gr. de levadura fresca desmigada y 100 ml. de agua templada, lo mezclamos y dejamos reposar hasta que doble su tamaño, una hora más o menos.



En un bol hacemos un volcán con la harina y en el dentro añadimos el resto del agua, el aceite, la sal el jengibre, el cardamomo y la masa madre antes preparada y mezclamos todo bien.

Una vez integrado lo pasamos a la encimera y lo amasamos hasta que tengamos una masa lisa y elástica, la mía estaba muy pegajosa así que le espolvoreé un poco más de harina mientras la amasaba.

Esta parte me encanta, tengo una máquina que amasa pero me encanta hacerlo a mano. Mi abuelo decía que había que golpear la masa contra la encimera, entonces así lo he hecho, amasar un buen rato y entre tanto lanzando de vez en cuando la bola de masa contra la encimera, la explicación científica a todo esto es...que lo decía mi abuelo.



Hacemos una bola con la masa y la ponemos a levar en el bol tapada por un trapo de cocina, un sitio ideal para hacer eso es dentro del horno apagado, Lo dejamos alrededor de hora y media. Yo también siguiendo la costumbre de mi abuela, le marco una cruz con el canto de la mano para así ver bien como sube.

 
Lo sacamos y lo apretamos para sacarle el aire y lo colocamos ya sobre la bandeja del horno, lo tapamos con film transparente o un trapo limpio y lo dejamos levar otra media hora.

 
Precalentamos el horno a 220ºC y metemos dentro un recipiente con agua, yo siempre pongo abajo un recipiente pequeño de barro, espolvoreamos un poco de harina sobre la masa de pan, hacemos uno o dos cortes con un cuchillo afilado y lo metemos al horno unos 45 minutos, como siempre, el pan estará hecho cuando al golpearlo suene a hueco, si se dora demasiado la superficie podemos cubrirlo con papel de aluminio mientras se sigue cociendo.


Hay que dejarlo enfriar antes de abrir el pan, yo lo empiezo a amasar por la tarde y lo horneo por la noche, así lo dejo enfriando mientras dormimos y tenemos el pan listo para comer por la mañana.


Digamos que es una receta básica de pan, se puede aromatizar con lo que más te guste o sin nada, incluso puedes poner harina integral o cualquier otra harina que te guste, de centeno, de avena mezclada con la de trigo, a partir de esta receta se puede hacer muchísimas variaciones.